Frontal: en esta el objeto se encuentra frente al motivo a fotografiar y a espaldas del fotógrafo. Las imágenes que se obtienen son planas, con escasa textura y con pocos espacios sombreados. Esto se debe a la cercanía que existe entre la toma de imágenes y la dirección en que incide la luz.
Lateral: en la iluminación lateral la fuente de luz se ubica al costado del objeto a fotografiar, a 90º de la línea imaginaria que se crea entre la cámara y dicho objeto. Con esta iluminación se obtienen imágenes con un costado altamente iluminado y el otro con una marcada sombra.
Semi-lateral: en este caso, el objeto a fotografiar es iluminado en forma diagonal, es una iluminación intermedia entre la frontal y la lateral, formando un ángulo de 45º en relación a la línea que se produce entre el objeto y la cámara. Éste suele ser el más utilizado porque produce imágenes cuya textura y perspectiva quedan bien marcadas gracias a la sombra oblicua.
Contraluz: en este caso, la fuente de luz se ubica frente al fotógrafo y detrás del objeto a fotografiar, causando un efecto contrario al de la iluminación frontal. Por medio de esta iluminación se logran imágenes con elevado contraste y poco convencionales.
Semi-contraluz: con esta iluminación la luz recae sobre el objeto de manera intermedia a la lateral y el contraluz, conformando un ángulo de 135º. Esta iluminación también logra resaltar la perspectiva y textura, como en el caso de la semi-lateral. Su diferencia radica en que las sombras quedan proyectadas en los primeros planos y los cielos tienden a reproducirse blancos.
Cenital: en esta iluminación la fuente de luz se ubica arriba del objeto a fotografiar. Generalmente no se realiza de manera artificial en estudios, sino para exteriores, utilizando luz natural del mediodía. La imagen que produce presenta zonas con iluminación sumamente clara y sombras verticales muy marcadas.
De contrapicado: en este caso la luz va de abajo hacia arriba y su posición es prácticamente contraria a la cenital. Por medio de la iluminación de contrapicado se invierten las sombras del rostro, por ejemplo, por lo que se generan imágenes muy particulares, ideales para escenas de misterio o terror.
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